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jueves, 11 de septiembre de 2014

Diario (59)

11 de septiembre, 2014.

   Desde hace unas semanas, puede que meses, nos alertan cada vez con más intensidad del peligro yihadista. Un numeroso grupo de tarados severos, cuchillo en mano, andan a degüello por Iraq, ejecutando chiíes por centenares, algún periodista norteamericano en el prime time y en general a cualquiera que no sea de la parroquia. Aún recuerdo cuando Bush Jr., Blair y Aznar se reunieron para asegurarnos que se iba a democratizar la zona, esgrimiendo su conocida competencia profesional como estadistas y algunas otras jurídicas que se atribuyeron por su cuenta. Con semejantes cerebros al frente de la pacificación resulta incomprensible que las cosas hayan salido tan mal - de la peor manera posible, vamos. Por no hablar de que se anuncia a bomba y platillo volante una nueva guerra, intervención, control de la insurgencia, cruzada mágica o como se le quiera llamar esta vez al engendro. Con un nobel del buen rollo dirigiendo los ataques sabe dios... Paz y circo o algo así.

   Las crisis económicas acostumbran a traer guerras. Como los niños un pan debajo del brazo, pero al revés. Se venden pepinos que da gusto, y como además se gastan rápido pues hay que reponer con urgencia. Así liquidas los stocks a la par que terroristas, un chollo, y convences de paso al personal de que las armas son formidables, una industria siempre pujante y necesaria. Lo que mejor garantiza nuestra seguridad en todos los aspectos. Personalmente estaba casi convencido de que esta vez se combatiría contra Boko Haram, la caterva de aquel aventado nigeriano que salía en un vídeo puesto hasta la bola de medicamentos humanitarios. No sé, daba esa impresión, pero últimamente parece que se ha olvidado el tema y que hay un nuevo grupo mucho más cruel y molesto: Isis. Otros lunáticos o medialunáticos como para ir a las olimpiadas, que además parece que están pidiendo a gritos que los arrasen. Claro, como no ven la tele occidental no saben que los EEUU siempre ganan las batallas y que tienen en la actualidad el ejército más poderoso del mundo, con drones fulminantes y la hostia, porque de saberlo - pienso - quizá harían lo suyo con un poco más de discreción, sin dar tantísimo la nota. No digo por caballerosidad, sino para salvar el pellejo más que nada, que ya les están diciendo a las claras que los van a aniquilar y parece que no se dan por aludidos. Siguen ahí con el twitter, provocando a lo bestia, mandando vídeos espantosos para cabrear bien a los marines y que entren a saco a por ellos, con todo el apoyo internacional encima. De verdad que cuesta entender tanta estupidez estratégica. Casi parece que les asesora el trío de las Azores.

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