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lunes, 21 de abril de 2014

Diario (35)

21 de abril, 2014.

   Por lo visto han descubierto un planeta potencialmente habitable. El nombre no es que sea muy sugerente: Kepler-186f. Parece más una dirección para ir en taxi que al éxtasis, pero bueno, si está limpio... Lo peor es que se encuentra a un porrón de años luz, porque con el precio que le han puesto al kilovatio menuda factura. Casi saldría más económico irse a colonizar a Niza, en un hotelazo con piscina, bufé y de todo. Quizá un alemán se pueda permitir una buena choza bávara en Kepler-186f, pero nosotros como no nos llevemos los pisos de casa - que también es verdad que tenemos un montón desocupados - no sé yo si será viable. Hasta que alguno de esos emprendedores de los de ahora no invente tuppers para envasar y enviar urbanizaciones al vacío me temo que habrá que esperar.

   Además, a ver dónde nos colocan, porque me imagino que los del G-10 tendrán preferencia para escoger y que acapararán los mejores territorios. La "g" no es de gilipollas, vamos. Seguro que la franja más soleada, o comoquiera que se llame allí lo que brilla, se la quedarán norteamericanos y chinos, puede que los rusos también, y que el resto se repartirá siguiendo un estricto orden económico. Dentro de esos parámetros no quiero ni pensar cuál podrá ser el lugar de España. Algún abismo submarino, supongo: el equivalente a las Fosas Marianas de nuestro planeta. Tal vez una estepa como la mongola, o un pequeño glaciar, y gracias...  Va a ser un auténtico bajón, sobre todo en lo que se refiere al turismo.

   No sé si nos interesa devastar este planeta para ir a repoblar otro, la verdad. Se sabe que hay planes desde hace tiempo, proyectos embrionarios y así como de ciencia ficción, pero ya empiezan a insinuarlo en los medios, a tantear. ¿Le gustaría vivir en Kepler-186f? Son así de finos, para ver por dónde respira la masa, si nos va la marcha o no. A medida que se aproxime la gran migración serán cada vez más insistentes, más pesados con lo de nuestro nuevo destino, que ya es decir, y habrá programas especiales espaciales para los nenes en el colegio, por si acaso, y también en la tele para hablarnos a fondo de la nueva estrella. Que vayamos conociendo sus secretos y tal. Fijo que organizarán hasta debates con tertulianos riñendo sobre si debe crearse o no una Nueva Cataluña, o preguntándose - sin ofender a nadie, claro - por qué los ciudadanos ricos tendrían que pagar el viaje interestelar de los pobres, con lo que cuesta. Cuando se pisó por primera vez la Luna Auden escribió que sólo esperaba que los santos, los cocineros y los poetas siguiesen sin hacerles caso. Pues eso... No creo que haya mucho más que añadir.
 

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