Etiquetas

lunes, 2 de septiembre de 2013

Un fragmento de Ramón Irigoyen.

(...)

Decir adiós, cuando uno tiene amor,
es imposible, pues los pies se agarran
a unos brazos con piel de golondrina
y uno se pierde en esos ojos grandes
y se esconde en el cielo de la boca
y siente que le nacen mil raíces
tan pobladas de pájaros y pájaras
que quiere aquí quedarse para siempre.
Decir adiós, estando enamorado,
es algo falso que la sangre niega.

Por eso hoy que estoy bien afincado,
nada puedo decir para esa hora,
aunque presiento oscuramente que
si muero en casa y alguien me acompaña,
le haré esta simple súplica:
por favor, abre bien esa ventana.

     (Ramón Irigoyen, de su poema "Para esa hora", en "Poesía reunida (1979 - 2011)", ed. Visor, 2011, pp. 76)

No hay comentarios:

Publicar un comentario