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martes, 5 de marzo de 2013

Dos poemas de Inma Luna.

La gran ola

Es muy probable que no haya otra manera
Vivir dispuesta a todo
No enfrentarse
No agotarse en la lucha
Abrazar lo que venga
Con las branquias abiertas
Con el filtro instintivo del corazón
Estar preparada para la gran ola
La que se lleva todo por delante
Para la caricia de la ola chiquita
La que hace cosquillas en los pies
Saber que cualquier cosa me puede pasar
Que no existe emoción que nos esté vetada
Hay que fortalecerse en la fragilidad
Concebirse en la espuma de lo humano
No quiero que este chapuzón me sepa a poco
He de explorar negras profundidades
Para alcanzar tesoros
Hacer el muerto para que la marea me acune
Nadar veloz para sentirme poderosa
Secarme luego al sol
Y descansar por fin
En una playa hasta que me desangre
Y así la arena y yo seamos sólo una

.....

Sueños infructuosos

Paso las noches soñando soluciones,
viajes que reparen el daño,
conversaciones que lo inmovilicen.
Sueño con besos que curen el sentido del tiempo,
que alegren la vejez
y devuelvan el brío.
Hablo con hombres sabios
con mujeres expertas,
rebusco entre brebajes, bebedizos y filtros,
cuezo patas de pollo y dientes de dragón,
bailo danzas salvajes alrededor de fuegos apagados.
Luego, escucho su voz al otro lado del teléfono,
la voz desconsolada de mi madre,
y no tengo ni una sola palabra que le sirva de alivio.

   
     (Inma Luna: "Existir no es otra cosa que estar fuera", ed. La única puerta a la izquierda, 2012, pp. 51 y 79).

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