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domingo, 28 de octubre de 2012

"Uno entre muchos epílogos", un poema de Pier Paolo Pasolini.

Ay, Ninarieddo, recuerdas aquel sueño...
del que tantas veces hemos hablado...
Yo estaba en el coche y me iba solo con el asiento
vacío al lado mío, y tú corrías;
a la altura de la ventanilla aún semiabierta,
corriendo ansioso y obstinado, me gritabas
con un poco de llanto infantil en la voz:
"Paolo, ¿me llevas contigo? ¿Me pagas el viaje?"
Era el viaje de la vida; y sólo en sueños
osaste descubrirte y pedirme algo.
Tú sabes muy bien que aquel sueño es parte de la realidad;
y no un Ninetto soñado el que dijo esas palabras.
Tan verdad es que, cuando hablamos de ello, te ruborizas.
Ayer, en Arezzo, en el silencio de la noche,
mientras el centinela echaba la cadena a la cancela
detrás de ti y tú ibas a desaparecer,
con tu sonrisa fulmínea y burlona, me dijiste... "¡Gracias!"
"¿Gracias, Niné?" es la primera vez que me lo dices.
Y, efectivamente, te das cuenta de ello y te corriges, aguantando el tipo
(en eso eres un maestro), bromeando:
"Gracias por el viaje". El viaje que tú querías
que yo te pagase era, lo repito, el viaje de la vida:
y en ese sueño de hace tres, cuatro años decidí
lo que a mi equívoco amor por la libertad era contrario.
Si ahora me agradeces el viaje... Dios mío,
cuando estás en el calabozo, tomo con miedo
el avión hacia un lugar lejano. De nuestra vida soy insaciable,
porque una cosa única en el mundo no puede nunca agotarse.

                                                    2 de septiembre de 1969

(Pier Paolo Pasolini: "Transhumanar y organizar", ed. Visor, 2002, pp. 90-91. Traducción de Ángel Sánchez-Gijón).

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